viernes, 28 de abril de 2017

Discurso de Belarmino Tomás (18 octubre 1934).

DISCURSO DE BELARMINO TOMÁS, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO MINERO ASTURIANO, PRONUNCIADO EN EL BALCÓN DEL AYUNTAMIENTO DE SAMA EL 18 DE OCTUBRE DE 1934

Camaradas, soldados rojos: (…) venimos a daros cuenta de la triste situación en que ha caído nuestro glorioso movimiento insurreccional. Vamos a daros cuenta de las conversaciones sostenidas por nosotros con el general del ejército enemigo, así como de las bases propuestas por éste y que debemos aceptar si queremos la paz. 

(...) Nuestra situación no es otra que la de un ejército vencido. (…) Socialistas, comunistas, anarquistas y obreros sin partido, empuñamos las armas para luchar contra el capitalismo el 5 de octubre (…). No sabemos quién o quiénes han sido los culpables del fracaso de nuestro movimiento. (…) Lo que si podemos decir es que en el resto de las provincias los trabajadores no han respondido como era su deber. Y ante esta abstención, el Gobierno ha podido combatirnos, no sin antes tener que movilizar cerca de cuarenta mil hombres armados con los medios de guerra más modernos y perfeccionados. Sólo nuestra región resiste y lucha contra el ejército y el Gobierno de la burguesía (…) si bien en algunas provincias ha sido declarada la huelga general, pero sin pasar a más. (…) y ante esta situación no es posible seguir luchando por más tiempo con las armas en la mano.


(...) No es de cobardes deponer las armas cuando claramente se ve que es segura la derrota. (…) Conocemos el ensañamiento con que viene actuando el ejército enemigo. Los crímenes, los atracos, los robos y las violaciones están a la orden del día del Tercio y los Regulares. (…) También hemos concertado (…) que no habría represalias. Yo creo, y conmigo el resto de los camaradas de los Comités, que ningún caso debemos hacer de lo que sobre este particular nos ha dicho el general enemigo. El criterio de los Comités es que una vez fracasado el movimiento y concertada la paz los más comprometidos se pongan a salvo, y no sólo los comprometidos, sino todos cuantos puedan y hayan tomado parte en este heroico movimiento revolucionario.


Señala y contextualiza las ideas fundamentales del texto, y relacionándolas con las causas, desarrollo y consecuencias de la Revolución de Asturias de 1934.