Desde el 20 de julio el país quedó dividido en dos zonas enfrentadas: zona sublevada o franquista y zona republicana.
La evolución política en el bando republicano se inició con la dimisión del gobierno de Casares Quiroga, siguieron los de Martínez Barrio y José Giral. En septiembre 1936 es nombrado Largo Caballero, se aprobó el estatuto de autonomía de Euskadi, y en noviembre el Gobierno se traslada a Valencia. Se nacionalizaron industrias (CAMPSA) y las compañías ferroviarias, se controlaron bancos, y se colectivizaron empresas.
En mayo 1937 Negrín formó un nuevo Gobierno, que trasladó a Barcelona. A pesar de la caída del frente Norte y las derrotas de 1938, Negrín pide resistir provocando conflictos internos que desembocaron en el golpe de Estado liderado por Casado y Besteiro (marzo 1939). La caída de Barcelona y Madrid provocó el hundimiento republicano.
La evolución política en el bando franquista, estuvo marcada por la muerte de Sanjurjo, y liderazgo de Franco. Se crea la Junta de Defensa Nacional (Burgos). Franco es nombrado Generalísimo y Jefe del Estado español. Se disuelve la Junta de Defensa Nacional, y Franco crea la Junta Técnica del Estado. Recibe el apoyo de la Iglesia, se convierte en Caudillo. En abril de 1937 decretó la unión de falangistas y carlistas en FET de las JONS.
EL 30 de enero de 1938, se formó el primer Gobierno, en el que Franco era el presidente y Jefe del Estado, es decir asumía el poder del Ejército, el partido, el Gobierno y la Administración. Elaboraron una legislación reaccionaria: Fuero del Trabajo, magistraturas de trabajo y sindicatos verticales; restableció la pena de muerte y en febrero de 1939 se promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas.
A nivel internacional, la Guerra Civil española (1936-1939), obligó a las grandes potencias a adoptar posiciones individuales y colectivas, ya que se convirtió en un conflicto de trascendencia internacional. La Sociedad de Naciones constituyó un Comité Internacional de No Intervención, aunque resultó ineficaz.
La ayuda que recibió el ejército franquista vino de: Alemania con la Legión Cóndor, Italia con aviones y el Cuerpo de Tropas Voluntarias. Alemania e Italia prestaron ayuda por la necesidad de realizar una puesta a punto cara a la guerra mundial que se avecinaba, porque simpatizaban ideológicamente con los sublevados, y por la posibilidad de ejercer influencia sobre un nuevo aliado. En menor medida recibió apoyo de Portugal (Legión Viriato), y de Irlanda (Legión de San Patricio). El Estado Vaticano reconoció el régimen en 1937.
El Gobierno republicano contó con el apoyo de las Brigadas Internacionales, 50.000 combatientes que provenían de hasta 70 países; el de la URSS con la entrega de armamento, que la II República pagó con el oro del Banco de España (oro de Moscú); la pequeña ayuda de México con municiones y acogiendo a exiliados.
Los gobiernos conservadores de Gran Bretaña, se abstuvieron de apoyar a la II República, promoviendo una política de apaciguamiento hacia los fascismos, para evitar un conflicto europeo. Francia alentó la adhesión al Gobierno republicano, pero sin pronunciamiento oficial para no levantar las iras británicas y el miedo a provocar a Alemania; limitándose a cerrar las fronteras para que no entrase armamento.
Las razones que dio Estados Unidos para mantenerse neutral, fueron no alentar el “comunismo europeo”. Intelectuales y artistas se involucraron y acudieron a España, como Hemingway, G. Bernanos y Robert Capa.
La Guerra Civil tuvo un balance trágico para España, con una serie de consecuencias:
– Demográficas. Hubo unos 500.000 muertos, 50.000 ejecutados al acabar la guerra, y unos 500.000 exiliados Se produjo un retroceso en la población urbana, debido al desmantelamiento de la industria y servicios.
– Culturales. El exilio de escritores, científicos, profesionales… fue demoledor para la cultura española.
– Económicas. La ganadería se redujo un 60%, la producción agrícola bajó un 25%, la inflación multiplicó por diez los precios, la producción industrial no se recuperó hasta 1950. España no pudo beneficiarse del Plan Marshall.
– Política interior. Se estableció una dictadura militar. La Ley de Responsabilidades Políticas (1939), envió a cárceles y campos de concentración a combatientes republicanos que no se exiliaron.
– Política exterior. El compromiso con los regímenes fascistas hasta 1942 y la condena de la ONU (1946) al régimen recrudeció el aislamiento, hasta los acuerdos con Estados Unidos (1953) y la entrada en la ONU (1955).
– Morales. Por lo sufrido en la guerra, represión posterior, y clima de revancha y de persecución.