Prim, fue uno de los generales más
laureados del Ejército Español y a sus 56 años el hombre más poderoso de España en el
momento de morir, era presidente del gobierno y ministro de la Guerra,
capitán general de los Ejércitos.
Personaje que se quedó solo y pecó de imprudente, nunca llevó escolta ni pistola,
muriendo asesinado en Madrid. Este terrible magnicidio , aconteció el
27 de diciembre de 1870, y sirvió para cambiar el
régimen político y la historia de España.
Su asesinato ocurrió
en un momento muy importante,
habían transcurrido dos años desde que fuera derribada Isabel II.
La intención del parlamento era mantener una monarquía democrática,
pero fue deseo de Prim que nunca fuera un Borbón el jefe del estado,
esta opinión quedó manifestada en su famoso discurso de los tres jamases:
« No debe aplicarse la palabra jamás, pero es tal la
convicción que tengo de que la dinastía borbónica se ha hecho imposible
para España, que no vacilo en decir que no volverá jamás, jamás, jamás. »
Una vez tomada la decisión,
se pusieron a buscar Rey. Al final el Parlamento
decidió democráticamente y sería un príncipe italiano, amadeo de Saboya, el encargado de regir nuestros destinos patrios. El nuevo monarca
embarcó, el 27 de diciembre, en la fragata Numancia, rumbo a Cartagena (Murcia), pero esa misma
tarde el general Prim sería asesinado. Desgraciadamente, Amadeo de Saboya nunca llegaría a ver a su
gran valedor, quedando éste en una difícil situación.
Prim había estado por la tarde del 27 de diciembre en las Cortes
defendiendo sus últimas propuestas relacionada con el nuevo monarca y dejaba el
Palacio de las Cortes porque tenía que preparar su viaje a Cartagena para recibir al monarca.
Al paso del carruaje por la Calle del Turco se
produjo el fatídico atentado.