La impactante fotografía, conocida como 'El soldado caído' o 'Muerte de un miliciano', se convirtió en un icono de la contienda española y en una obra cumbre del fotoperiodismo de guerra. La imagen refleja el momento en que el anarquista Federico Borrell García muere, el 5 de septiembre de 1936, de un balazo en un soleado paraje de Cerro Muriano, cerca de Córdoba, en el sur de España. Borrell García, de 24 años y apodado 'Taino', aparece cayendo hacia atrás con un brazo estirado de cuya mano se desliza un fusil, una escena dramática que el legendario fotógrafo de origen húngaro consiguió captar desde una trinchera.
La foto se publicó por primera vez el 23 de septiembre de 1936 en la revista francesa “Vu”, con un pie que hablaba de soldados "sosteniendo sus rifles, bajando la ladera", y añadía: "De repente, su avance fue interrumpido, una bala silbó y su sangre fue derramada en su suelo nativo".
Sin embargo, la peculiaridad de la instantánea -la ausencia de soldados próximos a Borrell en el campo de batalla, la falta de pruebas visibles de la herida de bala y, por qué no decirlo, el insólito don de la oportunidad de Robert Capa, alentó las sospechas de falsedad. El caso es que el día de la muerte del miliciano, confirmada más tarde por su familia, Capa sacó en Cerro Muriano 40 instantáneas.